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1 sept 2013

Aristóteles: Un viaje a la Ciudad-Estado

Un viaje a la Ciudad-Estado

PRESENTACIÓN
Aristóteles es sin duda uno de los más grandes pensadores en la historia de la humanidad, una de sus obras más importantes, la “Política”, ha trascendido el paso del tiempo y es referente obligado para disciplinas como la ciencia política, el derecho, la administración, la filosofía, sólo por nombrar algunas, ya que el gran genio de Aristóteles no se limitaba sólo a la política o a la filosofía, sino también a la botánica, la astronomía, la química y todavía es hoy en día considerado el padre de la zoología.
En esta obra Aristóteles expuso la teoría clásica de las formas de gobierno que iniciara su maestro Platón en "República", en ella se analizan las formas de gobierno existentes y se discute cuál sería de todas ellas la mejor para regir la vida de los hombres, éste es un tratado académico que nos acerca de mejor forma –incluso que la del propio Platón–, a la historia del pensamiento en el mundo griego de hace ya más de 2300 años.
Aristóteles, junto con Sócrates y Platón dan inicio a la teoría política, es a ellos, pero de forma especial a Aristóteles, a quien se debe la concepción de la Ciudad-Estado perfecta, y como es en la Polis en donde inicia la más grande tradición de la cultura que hoy llamamos occidental, es a ella misma a donde ahora viajaremos...
A Vuestra Disposición
Ivan G. Muñoz Ramírez.

Aristóteles nace en Estagira en el 384 a. C. De ahí su sobrenombre de Estagirita, ingresa a la Academia Platónica a la edad de 17 años, en donde permaneció por más de veinte años, es importante mencionar que en las primeras obras de Aristóteles se puede apreciar el influjo idealista de su maestro Platón del cual, en su edad madura, se va desprendiendo para formar un estilo propio, sin embargo, es más necesario hacer un esfuerzo grande para tratar de imaginar de forma correcta el estilo de vida que tenía Aristóteles, en aquellos tiempos no había Internet, ni video juegos, ni todas las demás comodidades de la vida moderna, –no creo necesario añadir nada más al respecto–. 

La Polis o Ciudad-Estado era pequeña en comparación de una ciudad en la actualidad, su población rondaría en los 300 mil habitantes –Aguascalientes tiene hoy 1,100 mil habitantes–, por tanto, es necesario contextualizar el pensamiento griego de acuerdo a su forma de vida en las Polis y evitar caer en el error común de criticar sus concepciones y conocimientos por ser hoy obvios al acervo del conocimiento humano. 

“Todo Estado es, evidentemente, una asociación, y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto que los hombres, cualesquiera que ellos sean, nunca hacen nada sino en vista de lo que les parece ser bueno”. Tal es la forma en que inicia la Política, y si bien el argumento pudiera parecer entendible, pareciera que para Aristóteles el hombre es un "animal político" por naturaleza, ya que según él, sólo los animales y los dioses pueden vivir aislados, la fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea que la denomina cómo la unión de varias familias y finalmente en la ciudad-estado en donde no debería de haber ni muy pocos, ni demasiados habitantes.

El buen funcionamiento de una ciudad-estado no se asegura solamente por sumar voluntades hacia un mismo fin, se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad, Aristóteles, en su mentalidad clásica griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos, –cuestión que le ha generado ingenuas críticas–, tan sólo es que las consideraba, para el caso de las mujeres, de naturaleza diferente, más no necesariamente inferior. El problema concreto que trataré en este ensayo es el de que si no es mejor que el Estado se rija con arreglo a las leyes, que es lo que propone Aristóteles, problema éste que está relacionado con el de si no es mejor cosa ser regido por un hombre –Filósofo Rey diría Platón–. Su argumento para defender está posición es el de que Platón se equivocaba cuando consideraba como alternativas el gobierno de los gobernantes sabios y el gobierno de la ley, segunda y tercera respectivamente en orden de bondad. En tanto que en "República", esa ciudad ideal en donde se considera que las leyes no son fundamentales ni necesarias, la verdadera ley es el conocimiento y la educación, para Platón los hombres no serán lo que las leyes mandan sino aquello que disponga su propia naturaleza, si el fin del Estado es la virtud, ella no se alcanza porque la ley lo prescriba, sino porque el hombre educado sigue con naturalidad una conducta virtuosa. Es fácil percibir aquí una emancipación de pensamiento del alumno sobre el maestro, –cosa misma es la percepción de Voltaire– “La lógica de Aristóteles, su arte de raciocinar, es tanto más apreciable cuanto que tenía que luchar con los griegos, que se ejercitaban continuamente en esgrimir argumentos capciosos, de cuyo defecto no estuvo libre su maestro Platón”. 

En el libro segundo de Política se hace un análisis de la República de Platón, en él se critican sus teorías sobre la comunidad de las mujeres y de los hijos, la unidad política, como la concibe Platón, es una falacia y destruiría el Estado, al contrario de fortificarlo y esto sería por la indiferencia que ordinariamente tienen los asociados respecto de las propiedades comunes, también por la imposibilidad de ocultar a los ciudadanos los lazos de familia que los unen, crímenes contra la naturaleza, incesto, indiferencia de unos ciudadanos para con otros, por lo que hace una condenación absoluta de este sistema.
Estirar las palabras, retorcerlas para tratar de explicar lo que aquí se ha expuesto es una técnica ya demasiado gastada en la mayoría de los libros que se encuentran hoy en día, por lo que no puedo ver en forma más sencilla el distinto modo de pensamiento de estos dos grandes filósofos, Platón idealista, Aristóteles realista, empero, la crítica del Estagirita que hace de República no debe ser considerada como una mofa o intentos de supremacía respecto a aquél  –Que si Platón era gay, comunista, nazi y demás estupideces de semejante estilo que se pueden observar en algunos pseudolibros–.
“Sin duda alguna, los diálogos de Sócrates* son eminentemente notables, y están llenos de elegancia, de originalidad y de imaginación; pero era difícil, quizá, que fuese todo en ellos igualmente preciso. Y así, no hay que engañarse, se necesitaría toda la campiña de Babilonia u otra llanura inmensa para esta multitud, que debe alimentar cinco mil ociosos salidos de su seno, sin contar aquella otra multitud de mujeres y de servidores de toda especie. Indudablemente, cada cual es dueño de crear hipótesis a su gusto, pero no deben tocarse los límites de lo imposible”.
*En República es Sócrates el actor principal en el diálogo, por lo que algunos autores hacen alusión a Sócrates en voz de Platón, para referirse a la conversación que se lleva a cabo en el diálogo de República.

Se puede afirmar que Aristóteles se acerca más al pensamiento actual de los hombres que Platón, hoy se sigue cuestionando cuál es la mejor forma de organización política que pueda satisfacer el bienestar común de los asociados –ciudadanos hoy en día al cumplir los 18 años de edad, ya sea hombre o mujer, y tener una credencial para votar, aunque esto último,* tardíamente para el caso de México–, aunque ambos, se daban desde luego perfecta cuenta de que ninguna ciudad griega había realizado los ideales que ellos creían implícitos en la ciudad-estado. 
Aristóteles en el libro tercero menciona cuales son las condiciones necesarias para ser ciudadano, tener un domicilio no es suficiente ya que bien se le puede domiciliar a un extranjero, menciona que la característica primordial del ciudadano es la participación en las funciones de juez y de magistrado, los artesanos no pueden ser ciudadanos en un estado bien constituido, pero ese poder de participación está determinado por la calidad de ser ciudadano y solamente es ciudadano el que participa en los poderes en tanto que por naturaleza era descendiente de ciudadanos, no pertenece a los extranjeros, ni a los artesanos, ni a los domiciliados, la calidad de ciudadano está determinada por el poder doméstico del que es portador, es decir por la propiedad de instrumentos de producción. He aquí otras de las grandes diferencias entre Aristóteles y Platón, para quien la ciudadanía está ligada al poder del saber o poder que se deriva del conocimiento sobre el arte de hacer política y defender la ciudad, para Aristóteles es ciudadano sólo el que plenamente tiene participación en los poderes públicos, es decir, que no sea esclavo, extranjero o artesano, la función pública exige tiempo libre para ponerlo al servicio del poder, el ser “animal político” por naturaleza y por ser ciudadano es el título que pertenece sólo al hombre político, que es o puede ser dueño de ocuparse, personal o colectivamente, de los intereses comunes, en la ciudad se identifica el ser político en tanto portador de virtudes, en esta parte Aristóteles retoma el ideal ético platónico, pero, incorporándolo a las condiciones del poder doméstico que se requiere para ser ciudadano, virtud y ciudadanía son las condiciones esenciales de la perfecta felicidad. La solución se encuentra en las leyes, pero no en las leyes oligárquicas, democráticas o tiránicas, sino en las leyes buenas fundadas en la razón. En Política Aristóteles sustenta la concepción racionalista de la ley que sería retomada por los enciclopedistas del siglo XVIII y en particular por Montesquieu.
*El 17 de octubre de 1953 a la mujer mexicana se le otorgaron derechos políticos al reconocerle capacidad para votar y es cuando formal y legalmente inicia su “vida política” después de siglos de haber estado relegada a un segundo y hasta tercer plano.

“Para Montesquieu, como para Aristóteles, los tipos o especies de gobierno eran fijos; la influencia del medio no hacía sino modificarlos…Que las leyes deben adaptarse a una gran variedad de circunstancias, físicas e institucionales, y que el gobierno bueno tiene que ser bueno en este sentido relativo, Aristóteles fue el primero en exponerlo perfectamente”.
Es claro pues, que este Libro es uno de los más importantes de Política por la forma en que es retomado una y otra vez en la historia de la teoría política, sin embargo, se podría mencionar aquí, que el merito de Aristóteles corresponde en haber sido el primero en distinguir los tres órdenes de gobierno, pero sólo en la forma de una distinción, por llamarle de alguna forma, “pragmática”, a la vez de “funcional”, destinada a tener gran futuro sin duda , pero no, en lo absoluto, en la forma de una doctrina de la separación de los poderes –merito por el cual es sin duda conocido el Enciclopedista Francés–.

Otro aspecto de importancia en Política se encuentra plasmado en el libro sexto en el que Aristóteles pareciera hacer una crítica a las falsas democracias.
“Es un error grave, aunque muy común, hacer descansar exclusivamente la democracia en la soberanía del número; porque en las mismas oligarquías, y puede decirse que en todas partes, la mayoría es siempre soberana. De otro lado, la oligarquía no consiste tampoco en la soberanía de la minoría. Supongamos un Estado compuesto de mil trescientos ciudadanos, y que mil de ellos, que son ricos, despojan de todo poder político a los otros trescientos, que aunque pobres, son tan libres como los otros e iguales en todo, excepto en la riqueza; dada esta hipótesis, ¿podrá decirse que tal Estado es democrático? Y en igual forma, si los pobres, estando en minoría, son superiores políticamente a los ricos, aunque éstos últimos sean más numerosos, tampoco se podrá decir que esta sea una oligarquía, si los otros ciudadanos, los ricos, están alejados del gobierno. Ciertamente, es más exacto decir que hay democracia allí donde la soberanía reside en todos los hombres libres, y oligarquía, donde pertenece exclusivamente a los ricos. Que los pobres estén en mayoría o que estén en minoría los ricos, son circunstancias secundarias; pero la mayoría es libre, y es la minoría la que es rica”.
De esto puede afirmarse que no necesariamente una democracia es el gobierno del pueblo –de esto México puede dar testimonio– gobernado por décadas por una élite que ha manipulado el concepto de democracia, con demagogos en vez de estadistas, que sólo buscan su beneficio personal , en donde el cohecho y el peculado son moneda corriente, características ellas todas de las más aberrantes formas de oligarquía, demagogia y tiranía, en donde el poder es reservado para aquellos poseedores de grandes fortunas, por lo que se infiere que es Panem Et Circenses la incipiente democracia en México, y aunque no es el fin último de este ensayo el discurrir sobre estas cuestiones, es de notar que Política no está del todo fuera de contexto y que, una vez más, Aristóteles no estaba equivocado.

Por conclusión se puede resaltar el hecho de que el legado de Aristóteles y la influencia en general del aristotelismo ha sido enorme; en la Edad Media, se afirmaba y reafirmaba una y otra vez que la tierra era el centro del universo, lineamiento Aristotélico que sólo Galileo se atrevió a refutar –claro está que Aristóteles no contaba con un telescopio como el suyo, de nuevo la tecnología– y que gracias a los pensadores árabes, en particular Avicena y Averroes, y a los teólogos occidentales San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino, que conciliaron –violentándolo– el paganismo de Aristóteles con la religión cristiana que éste es conocido en occidente. Sin embargo, tan imponentes aportaciones comenzarían a tambalearse con la mayor apertura al empirismo de Occam y los últimos escolásticos, para ser derrocado en la Edad Moderna al emerger la nueva visión científica del mundo con Galileo, Descartes y Bacon, que suplantaron la física cualitativa de Aristóteles por la física matemática y la concepción mecanicista y atomística de la materia, inspiradas en una línea divergente de pensamiento que se remonta alternativamente a Platón, Arquímedes y Demócrito. Ambas concepciones, la matematización de la ciencia y el atomismo, brindaban un mejor control del conocimiento empírico y celebraron sus triunfos con el sistema cosmológico de Newton y el materialismo de los siglos XVIII y XIX. En la segunda mitad de este último siglo tuvieron lugar, por otra parte, la superación de la biología y de la lógica de Aristóteles, que quedaron respectivamente suplantadas por los nuevos paradigmas que la revolución biológica de Darwin y la revolución lógico-matemática de Frege consiguieron instalar, más es difícil, sino imposible que a Aristóteles se le pueda relegar a un segundo plano en la historia del pensamiento universal, y que hoy en los albores del siglo XXI, seguirá asombrándonos con su extremadamente racional concepción de la naturaleza y se podrá afirmar una y otra vez más –aquí no creo equivocarme– que él es la mente más brillante que ha conocido la humanidad y que se muerte en el 322 a. C., inicia una extensa forma de reinterpretación de sus ideas, harto influenciada por el tiempo y el contexto de los diferentes pensadores a los que influyó y que seguramente seguirá influyendo.

BIBLIOGRAFÍA
Aristóteles, Política, Editorial Porrúa México.
Platón, Diálogos, Editorial Porrúa México.
Rupert Woodfin, Aristóteles Para Principiantes, Longseller Argentina.
George H. Sabine, Historia de la Teoría Política,  FCE México.
Voltaire, Diccionario Filosófico, Akal Ediciones España.
Aristóteles, Microsoft® Encarta® 2009 DVD, Microsoft Corporation.

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