Google

27 abr 2013

¿Es conveniente engañar al pueblo?

Pueblos son engañados
Esta pregunta planteada por el Marqués de Condorcet en el siglo XVIII tiene una gran relevancia en el terreno político del siglo XXI, en relación a la responsabilidad del Estado a si se debe mentir al pueblo, Condorcet mantiene categóricamente que hay que rechazar el recurso de la doble mentira, es decir, el derecho de los gobernantes de mentir al pueblo en beneficio de éste; por su carácter despótico y porque en realidad no es útil para el vulgo conocer verdades que ni comprende, sin embargo en el contexto actual la verdad es el camino para la transparencia, la libertad y en el último de los casos la educación, la transparencia es la más elemental forma de control que tiene el pueblo respecto a las estructuras e instituciones en las que hemos depositado nuestra confianza para el gobierno representativo y nuestro propio bienestar.

Sin embargo los gobiernos de los Estados sí deben en determinados casos ocultar información al pueblo, mas no mentir, de hecho en países tan democráticos como los EUA es común enterarse como su gobierno a engañado a su pueblo, mintiéndole acerca de los motivos reales de sus guerras, asesinatos de mandatarios, invasiones a otras naciones disfrazadas de motivos democráticos etc. Pero es aquí donde Condorcet parece predecir con exactitud que su rechazo a la doble mentira es tan necesaria hoy en este siglo en donde las naciones tienen como objetivos del milenio acabar con el rezago en salud pública y con el analfabetismo, y por ende el discurso de la doble mentira ya no es necesario en una verdadera democracia, no obstante en países como el nuestro los arraigos religiosos, que en muchas de las veces ciegan al pueblo de mala manera, permite que nuestros gobernantes usen la doble mentira en beneficio personal.

Cuando las verdades vienen ninguneadas las sociedades normalmente caen en la incertidumbre y las consecuencias son impredecibles y las libertades individuales y el bien común acaban deteriorándose. El poder dimana del pueblo y al pueblo no se le debe engañar ya que sería ir en contra de este precepto fundamental; ya no son los tiempos del despotismo.

No hay comentarios. :